“América Latina vive su segunda revolución nacional. La primera,
de la Independencia, fue obra del pueblo en armas. La segunda y
actual, es la de su desarrollo integral.
La
noción de “modelo de desarrollo” refiere al debate centrado en
las diferentes formas de organizar política, económica, social y
culturalmente una comunidad nacional. Asociamos el concepto de modelo
a lo que reunimos y presentamos de una manera simplificada y bajo las
categorías de “liberalismo, desarrollismo, nacionalismo y
socialismo”, todo conjunto de comportamientos sociales, políticos
e históricos que son una construcción ideal o conceptual
explicativa y que no encuentran una relación directa y determinista
con el comportamiento de la sociedad. Son “modelos” y esquemas
conceptuales y explicativos que no dan cuenta del conjunto de los
factores y de las relaciones históricas situacionales. “modelos
de desarrollo” es un “debate” ya que no existe una posición
unívoca acerca de cuál es la receta o el proyecto capaz de encauzar
el desenvolvimiento armónico, estable y perdurable de los factores
sociales, económicos, políticos y culturales que dan consistencia y
permanencia a la comunidad nacional. En realidad, es innegable que
hay diferentes modelos en tanto los actores sociales que interactúan
en el país y el extranjero encuentran intereses y en varios casos,
objetivos claramente disímiles y enfrentados. Toda relación de
poder se organiza políticamente, militarmente y además, se
justifica culturalmente: la lucha por el poder se manifiesta en los
debates sobre los diferentes “modelos de desarrollo”, que en
muchos casos, son claramente antagónicos. No se puede lograr un
desarrollo social y económico perdurable sin consolidar previamente
la comunidad nacional como unidad soberana. La competencia y la lucha
de Estados a nivel internacional hace que los actores y los grupos
sociales que habitan el país, sean aplastados por la acción de las
metrópolis y sus operadores internos que garantizan la
implementación de los programas del neocolonialismo y la
dependencia. Las propuestas teóricas y políticas que creen superar
el problema nacional a través de la introducción de las categorías
de “internacionalismo, latinoamericanismo o regionalismo”, están
lejos de resolver la cuestión. Con este postulado no negamos la
importancia estratégica que implica la unidad latinoamericana. La
noción de pueblo se refiere al conjunto de relaciones de producción
que están enfrentadas a los intereses de las metrópolis: los
trabajadores, los industriales o profesionales ligados al mercado
interno tienen objetivamente un mismo enemigo estructural en el
programa neocolonial agroexportador y financiero que promueve el
capital trasnacional y sus aliados locales. Las nociones de pueblo y
de nación se fusionan: el pueblo si no consolida la nación
desaparece y a su vez, es inviable organizar el desarrollo pleno de
la comunidad sin vincular a las organizaciones libres del pueblo en
la tarea nacional y latinoamericana por la segunda independencia.
Tradicionalmente, se entiende que el actor político opuesto al
pueblo es la “oligarquía”. El término “oligarquía”
encuentra varias acepciones. Por un lado, se refiere a una función
económica que se caracteriza por la actividad agropecuaria ejercida
en base a la tenencia de grandes superficies de tierra. La oligarquía
serían los grupos reducidos de poder identificados con los intereses
de los grandes terratenientes ligados al sector agroexportador.
Habitualmente su modelo de país se relaciona al programa del
liberalismo clásico. Además, la palabra oligarquía adquiere una
dimensión estrictamente política y refiere a aquellos grupos o
clases que ejercen su poder de manera minoritaria con un programa que
enfrenta objetivamente los intereses del pueblo. En este último
caso, la “oligarquía” refiere a un conglomerado de clases y
dirigentes en donde coexisten de manera inestable y cambiante, los
intereses del capital extranjero, los bancos, los latifundios y los
partidos políticos demoliberales.
Modelos
de desarrollo nacional en nuestro país.
A-
LIBERALISMO CLÁSICO: corresponde al proyecto político,
económico, social y cultural del siglo XIX. Se impone a paso firme
tras la batalla de Caseros del año 1852, siendo modificado en
algunos rasgos con el ascenso de Hipólito Irigoyen al poder en el
año 1916 y con la posterior crisis de 1930 que da nacimiento al
Modelo Desarrollista. Economía: Modelo agro exportador. Está
centrado en la inserción dependiente y subordinada al capitalismo
mundial de libre mercado con hegemonía Británica. Se promueve el
modelo agro exportador o de una economía de servicios donde se
favorece a los grandes terratenientes, al capital extranjero y a los
importadores ligados al puerto de Buenos Aires. El proyecto económico
está asentado en la defensa y promoción de la propiedad privada y
concentrada del suelo. Se otorgan iguales derechos a la propiedad
privada nacional que a la extranjera, que culmina apropiándose de
los principales recursos estratégicos del país. Se desenvuelve en
base a la explotación de los sectores populares. Rol del Estado:
Estado gendarme y policial. Es un modelo fuertemente represivo que
garantiza el desenvolvimiento del “librecambio de mercado”, lo
que implica en los hechos, intervenir a favor de los grupos
concentrados internos y extranjeros. Hay una articulación directa
entre los funcionarios del capital extranjero y las elites al mando
del Estado. La arquitectura institucional está organizada para
garantizar la exportación de los recursos del país a las
metrópolis. Relaciones exteriores: Programa dependiente. Se produce
una articulación subordinada y dependiente a la política de
Inglaterra. Democracia y articulación política: Proyecto
Aristocrático y elitista. Se fomenta como una política de Estado la
desmovilización social y el exterminio de los actores protagonistas
de los proyectos alternativos al liberalismo. Se impone un modelo
elitista y restrictivo para la participación y se establecen
cláusulas que vinculan la política a la tenencia de recursos
económicos. Programa Cultural: Liberalismo. La cultura es
presentada como sinónimo de civilización europea y de progreso. El
denominado “programa” contiene un fuerte contenido racista y
niega la cultura y los valores del país real. El “progreso” es
la justificación cultural y científica del exterminio de las
organizaciones libres del pueblo. La identidad del liberalismo
clásico es el reflejo del ascenso político y cultural inglés y
francés y por eso, es antihispanista y anti católica. Para esta
concepción la inmigración europea daría contenido material al
proyecto cultural del liberalismo.
B-
NEOLIBERALISMO: Corresponde al proyecto político, económico,
social y cultural implementado en el país desde la dictadura del año
1976 a 1983 y desde 1989 al año 2003. Economía: Programa
aperturista asentado en la rentabilidad financiera. Capitalismo de
libre mercado dependiente caracterizado por la transferencia de los
recursos naturales y financieros nacionales al extranjero por
intermedio de las privatizaciones y la apertura de mercado. El
capital financiero, los importadores y las empresas de servicios
privatizadas, son los pilares del modelo que coexiste con una extrema
desigualdad social. Se refuerza la dependencia tecnológica,
productiva y alimentaria. Rol del Estado: Estado neocolonial.
Garantiza el juego del librecambio de mercado, lo que implica
intervenir a favor de los grupos centrados internos y extranjeros.
Hay una articulación entre los funcionarios del capital extranjero y
las elites al mando del Estado. Dicho modelo implica un uso
considerable de la violencia estatal sobre los opositores al modelo.
Relaciones exteriores: Neocolonialismo dependiente. Articulación
subordinada y dependiente a EUA y a Europa (principalmente respecto a
España). Democracia y articulación política: Clientelismo y
mediatización de la política. Los medios de comunicación de masas
ocupan el lugar de los partidos políticos. La destrucción de la
industria debilita a los gremios. Los cuadros de conducción política
se forman en las usinas de pensamiento del capital trasnacional.
Programa Cultural: Postmodernismo. Implica la apropiación de la
cultura norteamericana por parte de las elites y también por los
sectores populares sujetos a las operaciones de la industria
cultural. Se abandonan los valores del progreso del liberalismo
tradicional y se adopta un programa nihilista centrado en los valores
de la competencia permanente, el sálvese quién pueda y el
consumismo. El programa norteamericano se presenta como universal y
establece el monopolio sobre las formas de la acción política.
MODELO
DESARROLLISTA A- REGRESIVO: Corresponde al proyecto político,
económico, social y cultural implementado entre los años 1930 y
1943 y entre 196616 y 1972. Economía: Modelo de sustitución de
importaciones. Es un programa de sustitución de importaciones
impuesto por las restricciones externas y no por un proyecto nacional
planificado. Involucra un desplazamiento de la inversión de los
grupos terratenientes o ligados a actividades extractivas, hacia
ramas industriales con fuerte impronta del capital extranjero. El
capital extranjero estipula las principales decisiones de la
organización del esquema institucional. La inserción al capitalismo
dependiente mantiene las principales variables de esquema agro
exportador y de servicios, paralelamente a que plantea avanzar en
algunas ramas de la industria transfiriendo recursos del agro a estas
actividades. Las principales industrias y las empresas de servicios
son controladas por el capital extranjero que subordina al
empresariado nacional en ascenso. Se corresponde a la decadencia del
imperio británico y a la supremacía del proyecto norteamericano.
Rol del Estado: Estado neocolonial. Se establecen nuevas
instituciones y regulaciones centradas en la posibilidad de
reglamentar algunos aspectos del funcionamiento de la economía. La
organización de la arquitectura institucional está en manos del
capital trasnacional y la oligarquía que planifican el modelo de
Estado atendiendo la rentabilidad y el repatrío de ganancias del
capital extranjero. El proceso de desarrollo de nuevas instituciones
públicas genera condiciones para que puedan ingresar al aparato del
Estado los sectores medios. Relaciones exteriores: Neocolonialismo
dependiente. Se produce una articulación dependiente y subordinada
del país a las potencias emergentes del siglo XX. El desarrollismo
se corresponde a la etapa de ascenso de Estados Unidos y de repliegue
británico. Democracia y articulación política: Modelo represivo y
de tecnocracia. El frente político tradicional incluye sectores
reducidos de clase media y se renuevan los lazos con el capital
trasnacional financiero e industrialista. La aparición de la
industria modifica los patrones sociales tradicionales permitiendo el
crecimiento de los trabajadores urbanos que no encuentran
representación política en los partidos existentes. La acción
política e institucional del Estado apuntala la nueva forma de la
dependencia. Cultural: Desarrollismo conservador. El programa
implica la revisión parcial de algunas concepciones del liberalismo
clásico. Se avanza en la formulación de un desarrollo científico
técnico para promover la industria, pero este proyecto está
estrechamente ligado al programa dependiente impuesto por el capital
trasnacional. La decadencia del poder del liberalismo económico y
político clásico acentúa la crisis cultural generando condiciones
para la aparición de nuevas corrientes intelectuales antiliberales o
nacionalistas.
B-
PROGRESIVO: Desarrollismo. Corresponde a un proyecto político,
económico, social y cultural implementado entre los años 1958 y
1962 y con algunas variantes, al implementado entre el año 2003 y el
2009. 17 Economía: Programa de desarrollo industrial dependiente.
Se vincula el desarrollo nacional a la industrialización y con esa
meta, el Estado promueve la formación de algunas ramas de los
servicios públicos básicos. Se produce un patrón de acumulación
del capital nacional industrialista subordinado al capital
trasnacional. Se promueve un proyecto industrialista subordinando al
sector agro exportador y se mantiene una importante capacidad de
decisión del capital extranjero trasnacional monopolista. Rol del
Estado: el Estado consolida el desenvolvimiento de las empresas del
capital trasnacional concentrado que subordinan al capital argentino.
Asimismo, promueve y controla algunas empresas públicas,
especialmente de servicios. Se generan mecanismos institucionales
para promover los servicios sociales y la cultura desde el Estado.
Relaciones exteriores: se produce una articulación subordinada a las
potencias emergentes desde mediados del siglo XX y se establecen
algunos márgenes para la acción política interna. Este programa se
relaciona con el ascenso de EUA y con el desmembramiento del programa
nacionalista y la recuperación del capital trasnacional europeo.
Democracia y articulación política: la herramienta política
involucra a sectores de clase media, a actores ligados al mercado
interno y a las mediaciones del capital trasnacional. Se amplía la
participación en algunos momentos a sectores de las organizaciones
libres del pueblo. El capital trasnacional industrialista subordina
al conjunto de grupos sociales, pero coexiste con los actores ligados
a los intereses del mediano y gran capital nacional y a las empresas
del Estado. Se negocia o directamente se reprime18 al movimiento
obrero relacionado con el crecimiento industrial. Cultural:
Cientificismo o desarrollismo. El programa implica la revisión
crítica del liberalismo clásico estableciendo conceptualmente la
defensa de la industria en las naciones dependientes. Se democratiza
el acceso a la cultura para los sectores medios y coexisten las
corrientes ideológicas del cientificismo y del desarrollismo con
expresiones del nacionalismo
MODELO
NACIONALISTA O NACIONALISMO REVOLUCIONARIO Corresponde al
proyecto político, económico, social y cultural implementado entre
los años 1943 y 1955 y entre 1973 y 1975. Economía: Capitalismo
nacional independiente y antiimperialista. Se desarrolla la industria
nacional, se fomentan las empresas del Estado y se planifica la
economía manteniendo el funcionamiento de las relaciones
capitalistas de manera fuertemente regulada y con varias áreas
estatizadas. Los servicios públicos, el manejo del ahorro nacional,
el comercio exterior y los recursos naturales, quedan sujetos al
control directo del Estado. El sector agrícola y el capital
extranjero son subordinados a los intereses nacionales del proyecto
nacional industrialista. Se promueven formas estatales y cooperativas
de la propiedad que conviven con la defensa de la propiedad privada.
Rol del Estado: Estado nacional, popular, empresario y
antiimperialista. Controla los resortes centrales para el desarrollo
nacional, atendiendo el desenvolvimiento de la soberanía y la
independencia económica. Promueve la alineación política de la
comunidad nacional y apuntala a las organizaciones libres del pueblo.
Apoya la pequeña y mediana empresa nacional. Implementa cláusulas y
restricciones al capital extranjero que es subordinado a los
intereses del país. Con este objetivo, el Estado promueve y controla
diversas ramas de la industria básica y pesada. Relaciones
exteriores: Soberanía política. se desarrollan políticas
multilaterales y se formulan programas de acción independientes que
atienden el interés nacional. Se favorecen los proyectos de
integración latinoamericana y del Tercer Mundo. Aparecen los
programas de integración económica y además, aquellos ligados a
los aspectos sociales y culturales de los pueblos. Democracia y
articulación política: Democracia popular participativa. Las
organizaciones de trabajadores y el empresariado nacional se
constituyen como frente político para la conducción del Estado. Se
promueve la organización de masas y del conjunto de la comunidad
nacional enfrentada al imperialismo. Se articula la actividad
política con el cambio social y la emancipación del pueblo.
Cultural: Nacionalismo popular. Se cuestiona al liberalismo clásico
y al proyecto del desarrollismo en todas sus variantes, poniendo de
manifiesto las formas en que se ejerce la dependencia económica,
política y cultural. Se reconstruyen las tradiciones y los valores
de las organizaciones libres del pueblo, consolidando la identidad
del país como marco para la defensa y el desarrollo nacional.
Coexisten valores de la izquierda, el nacionalismo y/o la religión.
Se democratiza el acceso a la cultura y se articula la producción
científica con el desarrollo del país.
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