jueves, 1 de diciembre de 2016

Aritz Recalde. Modelos de desarrollo. Gonzalez Noelia.


 “América Latina vive su segunda revolución nacional. La primera, de la Independencia, fue obra del pueblo en armas. La segunda y actual, es la de su desarrollo integral.
La noción de “modelo de desarrollo” refiere al debate centrado en las diferentes formas de organizar política, económica, social y culturalmente una comunidad nacional. Asociamos el concepto de modelo a lo que reunimos y presentamos de una manera simplificada y bajo las categorías de “liberalismo, desarrollismo, nacionalismo y socialismo”, todo conjunto de comportamientos sociales, políticos e históricos que son una construcción ideal o conceptual explicativa y que no encuentran una relación directa y determinista con el comportamiento de la sociedad. Son “modelos” y esquemas conceptuales y explicativos que no dan cuenta del conjunto de los factores y de las relaciones históricas situacionales. “modelos de desarrollo” es un “debate” ya que no existe una posición unívoca acerca de cuál es la receta o el proyecto capaz de encauzar el desenvolvimiento armónico, estable y perdurable de los factores sociales, económicos, políticos y culturales que dan consistencia y permanencia a la comunidad nacional. En realidad, es innegable que hay diferentes modelos en tanto los actores sociales que interactúan en el país y el extranjero encuentran intereses y en varios casos, objetivos claramente disímiles y enfrentados. Toda relación de poder se organiza políticamente, militarmente y además, se justifica culturalmente: la lucha por el poder se manifiesta en los debates sobre los diferentes “modelos de desarrollo”, que en muchos casos, son claramente antagónicos. No se puede lograr un desarrollo social y económico perdurable sin consolidar previamente la comunidad nacional como unidad soberana. La competencia y la lucha de Estados a nivel internacional hace que los actores y los grupos sociales que habitan el país, sean aplastados por la acción de las metrópolis y sus operadores internos que garantizan la implementación de los programas del neocolonialismo y la dependencia. Las propuestas teóricas y políticas que creen superar el problema nacional a través de la introducción de las categorías de “internacionalismo, latinoamericanismo o regionalismo”, están lejos de resolver la cuestión. Con este postulado no negamos la importancia estratégica que implica la unidad latinoamericana. La noción de pueblo se refiere al conjunto de relaciones de producción que están enfrentadas a los intereses de las metrópolis: los trabajadores, los industriales o profesionales ligados al mercado interno tienen objetivamente un mismo enemigo estructural en el programa neocolonial agroexportador y financiero que promueve el capital trasnacional y sus aliados locales. Las nociones de pueblo y de nación se fusionan: el pueblo si no consolida la nación desaparece y a su vez, es inviable organizar el desarrollo pleno de la comunidad sin vincular a las organizaciones libres del pueblo en la tarea nacional y latinoamericana por la segunda independencia. Tradicionalmente, se entiende que el actor político opuesto al pueblo es la “oligarquía”. El término “oligarquía” encuentra varias acepciones. Por un lado, se refiere a una función económica que se caracteriza por la actividad agropecuaria ejercida en base a la tenencia de grandes superficies de tierra. La oligarquía serían los grupos reducidos de poder identificados con los intereses de los grandes terratenientes ligados al sector agroexportador. Habitualmente su modelo de país se relaciona al programa del liberalismo clásico. Además, la palabra oligarquía adquiere una dimensión estrictamente política y refiere a aquellos grupos o clases que ejercen su poder de manera minoritaria con un programa que enfrenta objetivamente los intereses del pueblo. En este último caso, la “oligarquía” refiere a un conglomerado de clases y dirigentes en donde coexisten de manera inestable y cambiante, los intereses del capital extranjero, los bancos, los latifundios y los partidos políticos demoliberales.

Modelos de desarrollo nacional en nuestro país.

A- LIBERALISMO CLÁSICO: corresponde al proyecto político, económico, social y cultural del siglo XIX. Se impone a paso firme tras la batalla de Caseros del año 1852, siendo modificado en algunos rasgos con el ascenso de Hipólito Irigoyen al poder en el año 1916 y con la posterior crisis de 1930 que da nacimiento al Modelo Desarrollista. Economía: Modelo agro exportador. Está centrado en la inserción dependiente y subordinada al capitalismo mundial de libre mercado con hegemonía Británica. Se promueve el modelo agro exportador o de una economía de servicios donde se favorece a los grandes terratenientes, al capital extranjero y a los importadores ligados al puerto de Buenos Aires. El proyecto económico está asentado en la defensa y promoción de la propiedad privada y concentrada del suelo. Se otorgan iguales derechos a la propiedad privada nacional que a la extranjera, que culmina apropiándose de los principales recursos estratégicos del país. Se desenvuelve en base a la explotación de los sectores populares. Rol del Estado: Estado gendarme y policial. Es un modelo fuertemente represivo que garantiza el desenvolvimiento del “librecambio de mercado”, lo que implica en los hechos, intervenir a favor de los grupos concentrados internos y extranjeros. Hay una articulación directa entre los funcionarios del capital extranjero y las elites al mando del Estado. La arquitectura institucional está organizada para garantizar la exportación de los recursos del país a las metrópolis. Relaciones exteriores: Programa dependiente. Se produce una articulación subordinada y dependiente a la política de Inglaterra. Democracia y articulación política: Proyecto Aristocrático y elitista. Se fomenta como una política de Estado la desmovilización social y el exterminio de los actores protagonistas de los proyectos alternativos al liberalismo. Se impone un modelo elitista y restrictivo para la participación y se establecen cláusulas que vinculan la política a la tenencia de recursos económicos. Programa Cultural: Liberalismo. La cultura es presentada como sinónimo de civilización europea y de progreso. El denominado “programa” contiene un fuerte contenido racista y niega la cultura y los valores del país real. El “progreso” es la justificación cultural y científica del exterminio de las organizaciones libres del pueblo. La identidad del liberalismo clásico es el reflejo del ascenso político y cultural inglés y francés y por eso, es antihispanista y anti católica. Para esta concepción la inmigración europea daría contenido material al proyecto cultural del liberalismo.
B- NEOLIBERALISMO: Corresponde al proyecto político, económico, social y cultural implementado en el país desde la dictadura del año 1976 a 1983 y desde 1989 al año 2003. Economía: Programa aperturista asentado en la rentabilidad financiera. Capitalismo de libre mercado dependiente caracterizado por la transferencia de los recursos naturales y financieros nacionales al extranjero por intermedio de las privatizaciones y la apertura de mercado. El capital financiero, los importadores y las empresas de servicios privatizadas, son los pilares del modelo que coexiste con una extrema desigualdad social. Se refuerza la dependencia tecnológica, productiva y alimentaria. Rol del Estado: Estado neocolonial. Garantiza el juego del librecambio de mercado, lo que implica intervenir a favor de los grupos centrados internos y extranjeros. Hay una articulación entre los funcionarios del capital extranjero y las elites al mando del Estado. Dicho modelo implica un uso considerable de la violencia estatal sobre los opositores al modelo. Relaciones exteriores: Neocolonialismo dependiente. Articulación subordinada y dependiente a EUA y a Europa (principalmente respecto a España). Democracia y articulación política: Clientelismo y mediatización de la política. Los medios de comunicación de masas ocupan el lugar de los partidos políticos. La destrucción de la industria debilita a los gremios. Los cuadros de conducción política se forman en las usinas de pensamiento del capital trasnacional. Programa Cultural: Postmodernismo. Implica la apropiación de la cultura norteamericana por parte de las elites y también por los sectores populares sujetos a las operaciones de la industria cultural. Se abandonan los valores del progreso del liberalismo tradicional y se adopta un programa nihilista centrado en los valores de la competencia permanente, el sálvese quién pueda y el consumismo. El programa norteamericano se presenta como universal y establece el monopolio sobre las formas de la acción política.
MODELO DESARROLLISTA A- REGRESIVO: Corresponde al proyecto político, económico, social y cultural implementado entre los años 1930 y 1943 y entre 196616 y 1972. Economía: Modelo de sustitución de importaciones. Es un programa de sustitución de importaciones impuesto por las restricciones externas y no por un proyecto nacional planificado. Involucra un desplazamiento de la inversión de los grupos terratenientes o ligados a actividades extractivas, hacia ramas industriales con fuerte impronta del capital extranjero. El capital extranjero estipula las principales decisiones de la organización del esquema institucional. La inserción al capitalismo dependiente mantiene las principales variables de esquema agro exportador y de servicios, paralelamente a que plantea avanzar en algunas ramas de la industria transfiriendo recursos del agro a estas actividades. Las principales industrias y las empresas de servicios son controladas por el capital extranjero que subordina al empresariado nacional en ascenso. Se corresponde a la decadencia del imperio británico y a la supremacía del proyecto norteamericano. Rol del Estado: Estado neocolonial. Se establecen nuevas instituciones y regulaciones centradas en la posibilidad de reglamentar algunos aspectos del funcionamiento de la economía. La organización de la arquitectura institucional está en manos del capital trasnacional y la oligarquía que planifican el modelo de Estado atendiendo la rentabilidad y el repatrío de ganancias del capital extranjero. El proceso de desarrollo de nuevas instituciones públicas genera condiciones para que puedan ingresar al aparato del Estado los sectores medios. Relaciones exteriores: Neocolonialismo dependiente. Se produce una articulación dependiente y subordinada del país a las potencias emergentes del siglo XX. El desarrollismo se corresponde a la etapa de ascenso de Estados Unidos y de repliegue británico. Democracia y articulación política: Modelo represivo y de tecnocracia. El frente político tradicional incluye sectores reducidos de clase media y se renuevan los lazos con el capital trasnacional financiero e industrialista. La aparición de la industria modifica los patrones sociales tradicionales permitiendo el crecimiento de los trabajadores urbanos que no encuentran representación política en los partidos existentes. La acción política e institucional del Estado apuntala la nueva forma de la dependencia. Cultural: Desarrollismo conservador. El programa implica la revisión parcial de algunas concepciones del liberalismo clásico. Se avanza en la formulación de un desarrollo científico técnico para promover la industria, pero este proyecto está estrechamente ligado al programa dependiente impuesto por el capital trasnacional. La decadencia del poder del liberalismo económico y político clásico acentúa la crisis cultural generando condiciones para la aparición de nuevas corrientes intelectuales antiliberales o nacionalistas.
B- PROGRESIVO: Desarrollismo. Corresponde a un proyecto político, económico, social y cultural implementado entre los años 1958 y 1962 y con algunas variantes, al implementado entre el año 2003 y el 2009. 17 Economía: Programa de desarrollo industrial dependiente. Se vincula el desarrollo nacional a la industrialización y con esa meta, el Estado promueve la formación de algunas ramas de los servicios públicos básicos. Se produce un patrón de acumulación del capital nacional industrialista subordinado al capital trasnacional. Se promueve un proyecto industrialista subordinando al sector agro exportador y se mantiene una importante capacidad de decisión del capital extranjero trasnacional monopolista. Rol del Estado: el Estado consolida el desenvolvimiento de las empresas del capital trasnacional concentrado que subordinan al capital argentino. Asimismo, promueve y controla algunas empresas públicas, especialmente de servicios. Se generan mecanismos institucionales para promover los servicios sociales y la cultura desde el Estado. Relaciones exteriores: se produce una articulación subordinada a las potencias emergentes desde mediados del siglo XX y se establecen algunos márgenes para la acción política interna. Este programa se relaciona con el ascenso de EUA y con el desmembramiento del programa nacionalista y la recuperación del capital trasnacional europeo. Democracia y articulación política: la herramienta política involucra a sectores de clase media, a actores ligados al mercado interno y a las mediaciones del capital trasnacional. Se amplía la participación en algunos momentos a sectores de las organizaciones libres del pueblo. El capital trasnacional industrialista subordina al conjunto de grupos sociales, pero coexiste con los actores ligados a los intereses del mediano y gran capital nacional y a las empresas del Estado. Se negocia o directamente se reprime18 al movimiento obrero relacionado con el crecimiento industrial. Cultural: Cientificismo o desarrollismo. El programa implica la revisión crítica del liberalismo clásico estableciendo conceptualmente la defensa de la industria en las naciones dependientes. Se democratiza el acceso a la cultura para los sectores medios y coexisten las corrientes ideológicas del cientificismo y del desarrollismo con expresiones del nacionalismo
MODELO NACIONALISTA O NACIONALISMO REVOLUCIONARIO Corresponde al proyecto político, económico, social y cultural implementado entre los años 1943 y 1955 y entre 1973 y 1975. Economía: Capitalismo nacional independiente y antiimperialista. Se desarrolla la industria nacional, se fomentan las empresas del Estado y se planifica la economía manteniendo el funcionamiento de las relaciones capitalistas de manera fuertemente regulada y con varias áreas estatizadas. Los servicios públicos, el manejo del ahorro nacional, el comercio exterior y los recursos naturales, quedan sujetos al control directo del Estado. El sector agrícola y el capital extranjero son subordinados a los intereses nacionales del proyecto nacional industrialista. Se promueven formas estatales y cooperativas de la propiedad que conviven con la defensa de la propiedad privada. Rol del Estado: Estado nacional, popular, empresario y antiimperialista. Controla los resortes centrales para el desarrollo nacional, atendiendo el desenvolvimiento de la soberanía y la independencia económica. Promueve la alineación política de la comunidad nacional y apuntala a las organizaciones libres del pueblo. Apoya la pequeña y mediana empresa nacional. Implementa cláusulas y restricciones al capital extranjero que es subordinado a los intereses del país. Con este objetivo, el Estado promueve y controla diversas ramas de la industria básica y pesada. Relaciones exteriores: Soberanía política. se desarrollan políticas multilaterales y se formulan programas de acción independientes que atienden el interés nacional. Se favorecen los proyectos de integración latinoamericana y del Tercer Mundo. Aparecen los programas de integración económica y además, aquellos ligados a los aspectos sociales y culturales de los pueblos. Democracia y articulación política: Democracia popular participativa. Las organizaciones de trabajadores y el empresariado nacional se constituyen como frente político para la conducción del Estado. Se promueve la organización de masas y del conjunto de la comunidad nacional enfrentada al imperialismo. Se articula la actividad política con el cambio social y la emancipación del pueblo. Cultural: Nacionalismo popular. Se cuestiona al liberalismo clásico y al proyecto del desarrollismo en todas sus variantes, poniendo de manifiesto las formas en que se ejerce la dependencia económica, política y cultural. Se reconstruyen las tradiciones y los valores de las organizaciones libres del pueblo, consolidando la identidad del país como marco para la defensa y el desarrollo nacional. Coexisten valores de la izquierda, el nacionalismo y/o la religión. Se democratiza el acceso a la cultura y se articula la producción científica con el desarrollo del país.  

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