Es importante reconocer y comprender en qué contexto se van
dando estos procesos de avance de la derecha de las elite económicas (grandes industriales,
sectores de comercio agrícola, grupos empresarios y los medios de comunicación)
que muestran avanzar en América latina atentando contra los derechos de
justicia social y sobre los derechos ganados en los países de la región.
El caso en Brasil se plantea luego de
nueve meses de un polémico, intenso y dramático proceso conocido en inglés
como impeachment (proceso por el cual el órgano legislativo procesa a un
alto cargo para una eventual destitución) o Juicio Político. La causa es la
crisis política generada por la aguda recesión económica y las investigaciones
por una presunta red de corrupción en Petrobras.
El Senado de Brasil aprobó por amplia
mayoría la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por manipulación de las cuentas
públicas, y puso así fin a 13 años de gobiernos del izquierdista Partido de los
Trabajadores (PT), que fueron inaugurados en 2003 por el padrino político de la
condenada mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los legisladores sufragaron por medio
del sistema electrónico que resultó en las sentencias definitivas. Por 61 votos
a favor, 20 en contra y sin abstenciones, Rousseff fue hallada culpable de
crímenes de responsabilidad y depuesta al superar el umbral necesario de dos
tercios del Senado, o sea 54 de sus 81 miembros, para su aprobación. Sin
embargo, no quedará inhabilitada para ejercer nuevos cargos públicos por ocho
años.
Mientras los acusadores de Rousseff
aplaudían, los petistas y sus aliados gritaban "¡golpistas! ¡golpistas!".
Esto describe los ánimos en la ciudadanía brasilera.
En un breve acto en la Cámara de Diputados, fue
oficializado al frente del Palacio del Planalto el presidente en ejercicio, el
ex vice Michel Temer, del Partido
del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que era el principal socio del PT
hasta que la crisis política generada por la aguda recesión económica y las
investigaciones de la red de corrupción en Petrobras pusieron fin a la alianza.
La combinación de estos factores llevó a que Rousseff perdiera la capacidad de
gobernar.
Temer jurará el cargo que ocuparía
hasta el resto del actual mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018.Lo
que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad de los brasileños y
a las conquistas de los últimos 13 años.
Carina Corvalan
Licenciatura en Trabajo social,Universidad Arturo Jauretche
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