jueves, 24 de noviembre de 2016

Brasil y América Latina en la encrucijada


Es importante  reconocer y comprender en qué contexto se van dando estos procesos de avance de la derecha  de las elite económicas (grandes industriales, sectores de comercio agrícola, grupos empresarios y los medios de comunicación) que muestran avanzar en América latina atentando contra los derechos de justicia social y sobre los derechos ganados en los países de la región.
El caso en Brasil se plantea luego de nueve meses de un polémico, intenso y dramático proceso conocido en inglés como impeachment (proceso por el cual el órgano legislativo procesa a un alto cargo para una eventual destitución) o Juicio Político. La causa es la crisis política generada por la aguda recesión económica y las investigaciones por una presunta red de corrupción en Petrobras.
El Senado de Brasil aprobó por amplia mayoría la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por manipulación de las cuentas públicas, y puso así fin a 13 años de gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que fueron inaugurados en 2003 por el padrino político de la condenada mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva.

Los legisladores sufragaron por medio del sistema electrónico que resultó en las sentencias definitivas. Por 61 votos a favor, 20 en contra y sin abstenciones, Rousseff fue hallada culpable de crímenes de responsabilidad y depuesta al superar el umbral necesario de dos tercios del Senado, o sea 54 de sus 81 miembros, para su aprobación. Sin embargo, no quedará inhabilitada para ejercer nuevos cargos públicos por ocho años.
Mientras los acusadores de Rousseff aplaudían, los petistas y sus aliados gritaban "¡golpistas! ¡golpistas!". Esto describe los ánimos en la ciudadanía brasilera.
En un breve acto en la Cámara de Diputados, fue oficializado al frente del Palacio del Planalto el presidente en ejercicio, el ex vice Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que era el principal socio del PT hasta que la crisis política generada por la aguda recesión económica y las investigaciones de la red de corrupción en Petrobras pusieron fin a la alianza. La combinación de estos factores llevó a que Rousseff perdiera la capacidad de gobernar.
Temer jurará el cargo que ocuparía hasta el resto del actual mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018.Lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad de los brasileños y a las conquistas de los últimos 13 años.

Carina Corvalan

Licenciatura en Trabajo social,Universidad Arturo Jauretche

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